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Lauren Rosenblatt

Los robots aprenden a pensar como humanos. ¿Pueden satisfacer las demandas de velocidad de Amazon?

En un laboratorio de la Universidad de Washington (UW), los robots juegan hockey aéreo.

O resuelven cubos de Rubik, dominan el ajedrez o pintan la próxima Mona Lisa con un único rayo láser.

A medida que los robots juegan, los investigadores que los construyeron aprenden más acerca de cómo funcionan, cómo piensan y dónde tienen espacio para crecer, dijo Xu Chen, uno de esos investigadores y profesor asociado de ingeniería mecánica en UW.

"Desde el punto de vista de los robots, la inteligencia artificial está cada vez más madura", dijo Chen, refiriéndose al software y a los algoritmos que le ayudan a un robot a asimilar su entorno y tomar decisiones. "Pero, si queremos que un robot a escala real sea capaz de pensar de forma muy rápida e inteligente y luego sea capaz de hacer cosas en el espacio físico, no creo que hayamos llegado a ese punto todavía".

Los juegos son una forma de dar un paso más para sacar a los robots del campo de hockey aéreo y llevarlos al mundo laboral, pidiéndole a las máquinas que asuman tareas como levantar y mover cajas pesadas durante horas. Los robots ya trabajan en los almacenes, ayudando a los clientes de Amazon y Walmart a recibir sus pedidos más rápidamente, pero los líderes del comercio electrónico y de la venta minorista quieren que hagan más cosas. Los trabajos ya se asignaron, pero parte de la tecnología aún tiene que ponerse al día.

En el laboratorio de Chen, los juegos pueden suplir algunas de esas carencias, reflejando cómo podría actuar un robot en un lugar de trabajo en constante cambio. La pintura láser es una versión a escala de una impresora 3D, que puede usarse para probar y fabricar piezas para la industria aeroespacial. Observar cómo un disco de hockey aéreo vuela por la mesa ayuda a los investigadores a entender cómo "limpiar" los datos que la máquina está procesando del entorno que la rodea.

Ya hay una demanda creciente de este tipo de tecnología. El mercado de soluciones automatizadas para almacenes —soluciones que van desde cintas transportadoras a brazos robóticos o carros autónomos que transportan paquetes por las instalaciones sin la dirección de un humano— podría alcanzar los 51,000 millones de dólares en 2030, según una estimación de ABI Research, una empresa neoyorquina que estudia tecnología.

En un almacén, la automatización y la robótica pueden ayudar a las empresas a acelerar las operaciones. Esto puede ser bueno para los resultados de una empresa, pero difícil para los trabajadores, quienes se esfuerzan por seguir el ritmo de las máquinas. La preocupación por ese deseo de velocidad está impulsando, en parte, una creciente oleada sindical, sobre todo en los almacenes de Amazon, considerado uno de los líderes del comercio electrónico más rápidos.

"La aceleración de la tecnología en todo tipo de lugares de trabajo con nuevos métodos es en realidad todo un nuevo conjunto de razones para que la gente se reúna y forme un sindicato", dijo Jim Stanford, un economista y director de Center for Future Work, una empresa de investigación económica progresista.

"No me sorprende que la tecnología sea un factor que motive a los trabajadores a querer un sindicato", añadió Lisa Kresge, quien estudia la intersección de la tecnología y el trabajo en la Universidad de California (UC) en Berkeley. "Porque es un factor que afecta cada vez más sus vidas".

El interés del capital riesgo por la automatización se disparó a partir de 2016, cuando los inversores destinaron más de 2,000 millones de dólares a empresas que trabajan en soluciones automatizadas. En el primer semestre del año pasado, los inversores le habían prometido 1,400 millones de dólares al sector, según datos de la empresa de investigación Crunchbase.

"Hay un montón de tareas que necesitan resolverse", dijo Jeff Burnstein, presidente de Association for Advancing Automation (A3). "Una de las cosas emocionantes de ahora es que están apareciendo empresas que solo se centran en áreas específicas".

Los robots autónomos de los centros de Amazon recorrieron más de 1,000 millones de millas el año pasado, moviendo paquetes junto a los trabajadores humanos. Cuando un contenedor llega a la estación de almacenaje de un trabajador, un sistema de software ilumina los puntos que hay que evitar, ayudando a calcular la forma más eficiente de guardar los artículos. Posteriormente, un algoritmo determina —y entrega— la cantidad correcta de cinta adhesiva necesaria para sellar cada pedido.

Amazon afirma que sus robots le han permitido a la empresa almacenar un 40 por ciento más de inventario en sus centros de distribución. Con el producto fácilmente a la mano, puede acortar el tiempo entre el momento en el que un cliente hace un pedido y el momento en que el paquete llega a su puerta.

Walmart estima el mismo ahorro de costos y eficiencia, citando un centro de distribución de alta tecnología que mueve un 40 por ciento más de producto que una instalación tradicional. En su centro de distribución de comestibles de alta tecnología en Shafter, California, Walmart usa un algoritmo para determinar cómo organizar las cajas de frutas y verduras para maximizar el espacio en una tarima o un remolque. Para evitar que las fresas se aplasten, el software tiene en cuenta la densidad de cada artículo a la hora de hacer el cálculo.

El año pasado, Walmart anunció que planeaba implantar soluciones de alta tecnología en 25 de sus 42 centros de distribución regionales. "En resumen, esto cambia las reglas del juego", escribió en una entrada del blog de julio de 2021. "Esta tecnología, primera en su género, aplicada a nuestra escala es revolucionaria".

La automatización no es para todo el mundo, sobre todo para las empresas que operan a pequeña escala, según Rich O'Connor, vicepresidente de almacenamiento y automatización de Raymond West, una empresa con sede en Auburn que fabrica carretillas elevadoras y otros equipos de almacén y le ayuda a los clientes a integrar las tecnologías automatizadas en sus operaciones. Raymond West, filial de Toyota, suministra cintas transportadoras para el servicio de entrega de última milla de Amazon.

Antes de recurrir a la nueva tecnología, O'Connor dice que las empresas deben analizar su funcionamiento y encontrar partes del proceso que puedan funcionar mejor. Una gran pila de productos en un rincón de los almacenes suele ser un buen punto de partida, dijo.

Introducir la automatización puede llevar entre seis meses y dos años.

"Si nos limitamos a automatizar un proceso defectuoso, lo normal es que los mismos problemas se amplíen", dijo O'Connor.

Los robots de almacén como los que usan Amazon y Walmart tienen un importante punto ciego: la selección de artículos de diferentes formas y tamaños.

Ahí es en donde el cerebro humano sigue siendo necesario.

"Podemos hacer tantos tipos de procesamiento que es casi imposible —si no es que realmente imposible— replicar", dijo Ashish Banerjee, profesor de ingeniería en UW. "Mucho de lo que hacemos viene de años de experiencia e intuición, por lo que conseguir que cualquier robot sea tan conocedor, tan diverso en sus capacidades de procesamiento y distribución, es extremadamente desafiante".

Un robot puede funcionar bien en un almacén que tenga consistencia, dijo Banerjee. Los tipos de productos que entran son los mismos, la disposición del edificio es la misma y sus tareas suelen ser las mismas. Los picos estacionales —como las sillas de jardín en verano y los quitanieves en invierno— pueden ser complicados.

Los tecnólogos están trabajando en formas de usar la IA y otros programas informáticos para ayudarle a los robots a determinar qué es un artículo y decidir qué acción debe llevar a cabo, dijo Banerjee. Mientras tanto, los humanos siguen siendo necesarios, aunque solo sea para supervisar.

Para los trabajadores humanos de un almacén, esa tarea —"picking", en la jerga de la industria— ocupa la mayor parte de su tiempo, dijo O'Connor, de Raymond West.

Un trabajador puede pasar entre el 50 y el 60 por ciento de su jornada caminando hacia los artículos que debe recoger. Las soluciones automatizadas, como los robots móviles, que le llevan las mercancías a un trabajador humano, pueden reducir el tiempo de desplazamiento a solo entre el 10 y el 15 por ciento de la jornada de los trabajadores, dijo O'Connor, liberando esos minutos para más picking.

Jason Anthony no suele notar a los robots que mueven los paquetes a su alrededor.

Pensando en un recolector en el almacén JFK8 de Amazon en Staten Island, Nueva York, Anthony calcula que debe mover un artículo cada nueve segundos.

Él es la cuarta parada en el proceso optimizado del almacén. Un camión deja la mercancía, un almacenista pone el artículo en un contenedor, una red de cintas transportadoras y robots autónomos mueven ese contenedor por el almacén y luego llega a Anthony, que toma el artículo correcto para llenar un pedido, lo escanea y se lo envía a un empaquetador antes de que vuelva a salir del almacén.

Un algoritmo determina qué paquetes llegan a Anthony en cada momento. Su tamaño varía desde una botella de desinfectante de manos hasta un artículo de 50 libras, con poca advertencia de lo que está por venir.

En Charlotte, Carolina del Norte, Jonathan Schenkel se dio cuenta de que los robots con los que trabajaba tenían un problema exclusivamente humano: tienen días lentos.

Schenkel, quien trabajaba como recolector en un centro de distribución de Amazon, esperaba a que un robot llegara a su puesto con artículos para recoger y enviar. Había días en los que los robots se desplazaban rápidamente: en cuanto recogía los artículos correctos de un robot, otro se deslizaba para ocupar su lugar. Pero otros días los robots podían ser lentos.

Si un robot se retrasaba, Schenkel miraba una pantalla en su puesto de trabajo que le avisaba que otro estaba en camino.

En un almacén que mide la productividad por segundos, cinco o diez minutos de retraso de un robot podrían tener un gran impacto en el ritmo promedio de trabajo de Schenkel durante el día.

Amazon ha sido criticado por usar robots y otras soluciones automatizadas para aumentar el ritmo de trabajo de sus empleados, a veces a un ritmo insostenible, pero Schenkel dijo que le gustaba trabajar con las máquinas.

Antes de empezar en el centro de cumplimiento, había trabajado en un centro de clasificación de Amazon, en donde los asociados clasifican los pedidos de los clientes por su destino final y los suben a los camiones para su entrega. Allí, en lugar de trabajar con robots, tenía que clasificar los paquetes a medida que llegaban a una cinta transportadora.

Se trasladó de un centro a otro en busca de más horas. Pero después de siete meses en el centro de distribución, Amazon lo despidió.

Los directivos le dijeron que no seguía el ritmo de trabajo y que cometía demasiados errores al rellenar las órdenes de compra. Schenkel dijo que la empresa aumentó el ritmo de trabajo previsto a hasta más de 100 artículos por hora y, como él se esforzaba por trabajar más rápido, sabía que el número de errores también aumentaría.

Schenkel dijo que pidió en repetidas ocasiones que lo cambiaran de función en el almacén, reconociendo que no estaba a la altura del ritmo de trabajo. La empresa dijo que no.

Ahora está buscando otros trabajos. Está abierto a otro puesto en el almacén, pero dice que su búsqueda no incluye a Amazon.

En Staten Island, Anthony se mueve con rapidez durante sus turnos y, aunque no nota los robots que trabajan a su lado, dice que sí siente los ojos digitales de los sistemas de software que Amazon ha establecido para controlar a los trabajadores.

Ese sistema le ha ofrecido cierta claridad respecto a la velocidad a la que se mueve —puede comprobar su propio ritmo en una máquina en la sala de descanso—, pero también ha provocado un ambiente de trabajo tenso en el que él y sus compañeros se preocupan por tomar un trago de agua o ir al baño.

Es una de las razones por las que Anthony decidió unirse al esfuerzo de sindicalización.

"Podríamos ser rastreados por nuestros supervisores desde el momento en el que entramos en nuestros puestos hasta el momento en el que salimos", dijo Anthony. Cuando se le preguntó si la tecnología ayuda a aliviar parte de la carga de su trabajo, dijo "No hay nada que facilite mi trabajo".

Los trabajadores de la planta de Staten Island en la que trabaja Anthony votaron el 1 de abril para formar el primer sindicato en una planta de Amazon en Estados Unidos. Amazon tiene previsto impugnar los resultados de las elecciones pero, si el resultado no se anula, la empresa y el sindicato empezarán a negociar un contrato. Los trabajadores de la planta buscan un mejor salario y mejores condiciones laborales, incluso en lo que respecta al ritmo de trabajo.

En general, los sindicatos no quieren detener la tecnología, dijo Stanford, de Center for Future Work. En cambio, quieren tener "poder de negociación para obtener algunos beneficios".

Beneficios como el aviso garantizado de los cambios que se avecinan: la exigencia de que las plantillas locales se incluyan en los debates relacionados con los nuevos tipos de tecnología; acceso a la formación y al reciclaje; garantías de que los trabajadores sabrán usar las máquinas de forma segura; e indemnizaciones por despido en caso de que se automatice el trabajo.

"Todas las cuestiones fundamentales que los sindicatos intentan negociar en torno a la tecnología consisten en garantizar que se aplique de forma justa y segura y que se compartan los costos y los beneficios", dijo Stanford.

El sindicato de trabajadores culinarios Local 226 de Las Vegas ha negociado recientemente una cláusula contractual que obliga a los empresarios a avisar con hasta seis meses de antelación la implantación de nuevas tecnologías, a impartir formación gratuita y a ofrecer un paquete de bonificaciones que incluya seis meses de prestaciones médicas si el puesto de trabajo de un trabajador se ve desplazado por la automatización.

El Departamento de Comercio de Transporte (TTD), AFL-CIO, que representa a 37 sindicatos, está presionando a los legisladores federales para que empiecen a prepararse para la introducción de vehículos totalmente autónomos. Quiere asegurarse de que, si los trabajadores son desplazados, se les ofrezca un puesto de trabajo con la misma escala salarial que tenían antes, dijo el presidente del departamento, Greg Regan.

El Sindicato Internacional de Trabajadores de Alimentos y Comercio (UFCW), que representa a los trabajadores de la alimentación, el empaquetado de carne y otras industrias de primera línea, condenó recientemente a Amazon por invertir en la tecnología de cobro en caja sin contacto, un paso hacia la eliminación de la necesidad de tener cajeros.

Stanford, de Centre for Future Work, no cree que Amazon vaya a hacer concesiones en torno a la nueva tecnología por su cuenta. "Solo lo hará si se le presiona".

Los funcionarios laborales de Washington también le han prestado atención a las operaciones de almacén de Amazon. El Departamento de Trabajo e Industrias del estado ha presentado cuatro citaciones relacionadas con condiciones de trabajo inseguras en las instalaciones de Amazon en el estado. La citación más reciente, de un almacén en Kent, determinó que 10 de los 12 procesos de trabajo evaluados "crean un grave peligro de lesiones de espalda, hombro, muñeca y rodilla relacionadas con el trabajo".

El departamento relaciona el riesgo de lesiones con el ritmo de trabajo. Beth Gutelius, directora de investigación de Center for Urban Economic Development de la Universidad de Illinois en Chicago, relaciona el ritmo de trabajo con el uso de robots.

No es que los robots propiamente hagan el trabajo más peligroso, dijo. Es la forma en la que Amazon y otras empresas similares los usan para fijar expectativas para sus trabajadores.

"Hay muchas tecnologías que podrían eliminar algunos de esos riesgos, reducir los riesgos [y] los peligros de ser un trabajador de almacén", dijo. "El problema es que las decisiones que los empleadores están tomando... están cancelando todas esas oportunidades".

Amazon se ha comprometido a reducir los índices de incidentes en un 50 por ciento para 2025, dijo el portavoz de Amazon, Kent Hollenbeck. Y va a usar la tecnología para conseguirlo, le dijo Jeff Bezos a los accionistas en su última carta como consejero delegado antes de dimitir.

Acordó gastar 66 millones de dólares para crear una tecnología que evite las colisiones de carretillas elevadoras y otros vehículos industriales, y está trabajando para "inventar soluciones" para reducir las lesiones musculoesqueléticas de los nuevos empleados. En un guiño a los programas informáticos, está usando algoritmos para automatizar los programas de dotación de personal, de forma que los empleados roten entre los puestos de trabajo, reduciendo el estrés derivado de los movimientos repetitivos.

"Nunca hemos fracasado cuando nos proponemos algo, y tampoco vamos a fracasar en esto", le dijo Bezos a los accionistas.

El modelo de negocio de Amazon, sus múltiples fuentes de ingresos y su alto perfil hacen que la empresa sea "atípica" en comparación con otros almacenes, y eso podría estar impulsando la narrativa de la automatización más rápidamente que la propia tecnología, dijo Gutelius, de CUED.

"A pesar de todo lo que se dice acerca de cómo la tecnología está cambiando el almacenamiento... está en una fase mucho más temprana en general en la industria de lo que creo que mucha gente supone dadas las noticias, especialmente en cuanto a Amazon", dijo.

Amazon tiene margen para experimentar con nuevas tecnologías e invertir en soluciones automatizadas, que podrían reducir los ingresos inmediatos a cambio de la promesa de ganancias a largo plazo, dijo. Tiene la flexibilidad de elegir un "líder en pérdidas", o parte de su negocio que podría permitirse perder dinero con el fin de construir esas tecnologías.

O'Connor, de Raymond West, está empezando a ver que más empresas se suman para intentar seguir el ritmo.

Las empresas solían invertir en automatización solo cuando veían el retorno de su inversión en dos años, dijo. Ahora, están dispuestas a esperar de tres a cinco.

O'Connor atribuye el cambio al éxito de Amazon.

"Empresas como Amazon han subido las expectativas en cuanto a servicio", dijo. "Si vas a competir con Amazon o vender con Amazon, entonces tienes que tener el mismo tipo de servicio, y la única manera de hacerlo es si le añades algo de automatización al proceso".

"Si no inviertes en el cambio", dijo, "entonces te vas a quedar atrás".

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