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Lisa Gutierrez

Mamás furiosas: la charla sobre la menstruación en la película de Disney no es apropiada. Y punto. ¿Tienen razón?

En la nueva película de animación de Disney/Pixar, Turning Red, una niña chino-canadiense de 13 años llamada Mei Lee llega a la pubertad y se convierte en un gigantesco y peludo panda rojo cada vez que las fuertes emociones adolescentes la desbordan.

Mei se asusta la primera vez. Su madre, quien oye gritos provenientes del baño, supone que es porque "la peonía roja" floreció. Coge un paquete de toallas femeninas variadas y está preparada con ibuprofeno y una bolsa de agua caliente.

Las breves referencias a la menstruación en una película de dibujos animados parecen ser demasiado para algunos padres, ya que Turning Red ha suscitado un acalorado debate.

Las madres enfadadas dicen en internet que la menstruación es un tema demasiado maduro para el público infantil. Algunos dicen que la película debería llevar una etiqueta de advertencia, porque es "no apropiada para niños".

La película, que ya se puede ver en Disney+, está clasificada como PG, lo que significa que se recomienda la orientación de los padres, dado que parte del material podría no ser adecuado para los niños.

Otros padres, sin embargo, aplauden la película por romper un estigma que necesita romperse, al normalizar la conversación sobre la pubertad y la menstruación, pues "la realidad biológica de las niñas no debería ser un tabú", como dijo un usuario de Twitter. Es la realidad, de hecho, de todas las mujeres.

A los propios creadores de la película les preocupaba que los ejecutivos del estudio se opusieran a las referencias a la menstruación, pero no fue así.

"Creo que lo vieron en el ADN de la película y de los personajes", la productora Lindsey Collins le dijo al sitio web de juegos Polygon. "La esperanza es que, al ponerlo en la pantalla y que sea algo desagradable pero también divertido, y parte de esta historia, se normalice".

La directora Domee Shi —la primera mujer que dirige en solitario una película de Pixar— quería que Turning Red hiciera que la gente hablara de la menstruación y la pubertad. Sabe de primera mano lo incómodo que puede ser.

"Solo quería darle esta película a esa niña de 13 años que estaba muy confundida, que nunca recibió 'la charla' por parte de su madre y que estaba en el baño asustada como Mei en la película, cuando se convierte por primera vez en un panda rojo", le dijo Shi al sitio web de estilo de vida Chatelaine.

"Mi esperanza es que esto inicie esas conversaciones y que finalmente podamos normalizar el hablar de la pubertad y la menstruación y no sentirnos tan raros al respecto. Pero, hasta entonces, por favor, vean esta entretenida película acerca de un panda rojo que corre por Toronto".

LAS MADRES TIENEN QUE HABLAR

En diciembre, la organización sin ánimo de lucro de Jessica Lynn McClellan en Kansas City, en Kansas, recogió más de 30,000 dólares en productos menstruales para las mujeres necesitadas de la zona metropolitana.

La fundadora de Giving Hope & Help le imparte clases sobre la menstruación a niñas exploradoras de hasta 8 años de edad. Ha visto esa "mirada perpleja" en los ojos de las niñas cuando asimilan la información, y sabe que algunas no reciben esa orientación en casa. Ella no la tuvo.

"Las madres no saben cómo hablar de eso", dijo McClellan. "Y, con toda honestidad y transparencia, mi madre no me habló de ello. Aprendí por tener dos hermanas mayores. Ellas no me hablaron de ello, pero yo lo vi. Así que sabía qué hacer cuando ocurría, porque había productos bajo el lavabo del baño".

La menstruación puede ser un tema incómodo e inoportuno para los padres, e incluso, según parece, para algunos médicos.

"Para ser franca, a pesar de que hablo de esto todos los días con las mamás, las niñas, las adolescentes y las mujeres adultas, siento incluso un poco de nervios en el estómago, como que espero no decir algo mal ni ofender a nadie, porque esto es un momento tan formativo en la vida de los pacientes", dijo la doctora Ashli Lawson, una ginecóloga pediátrica y adolescente en Children's Mercy.

"Todo el mundo recuerda dónde estaba cuando tuvo su primera menstruación, lo que le dijo su madre o lo que le dijo alguna profesora, y hay tanta emoción en torno a ello".

Algunos padres incluso le han pedido a Lawson que intervenga y tenga "la charla" con su hija. Allí mismo. En ese lugar. En la oficina.

CUÁNDO EMPEZAR A HABLAR

No hay un momento perfecto para hablar con una niña acerca de la pubertad. Los expertos dicen que los padres deben estar atentos a alguna señal que den sus hijas. Pero, por Dios, no hay que esperar al primer flujo de una niña para hablar de la menstruación. Suele comenzar alrededor de los 12 años, aunque las niñas de tan solo 8 años pueden tener la menstruación.

Una señal podría ser el trauma de que una niña de primaria encuentre sangre en su ropa interior y piense que se está muriendo. Eso sucede.

"Eso es lo que realmente, realmente, queremos evitar", dijo Lawson. "No queremos que esto sea aterrador para una niña. Aunque puede dar miedo la incógnita de cómo va a ser, queremos que estén preparados para decir: 'Bueno, mi mamá pasó por esto, mi hermana ha pasado por esto, mi tía ha pasado por esto, y todas las mujeres adultas van a pasar por esto y yo estaré bien'".

Lawson le aconseja a los padres que empiecen a hablar con sus hijas acerca de su cuerpo "desde una edad muy temprana".

"Cuanto antes se inicien estas conversaciones, mejor", dijo. "Deben estar adaptadas a la edad, y tú conoces el nivel de madurez de tu hija".

"Pero, en algún momento, cuando son niñas pequeñas, está bien que sean ellas las que empiecen a dirigir la conversación o, si no han sacado el tema, que tú empieces a hablar de ello".

Los médicos dicen que el momento oportuno para hablar con una niña respecto a cómo cambiará su cuerpo es cuando se empiezan a desarrollar sus pechos, entre los 8 y los 10 años.

"Tal vez abriendo esa conversación con ellas —cómo se nota que su cuerpo es diferente de mi cuerpo— y ver lo que saben y lo que son capaces de procesar", dijo Lawson.

CÓMO TENER LA CHARLA

No conviertas la "charla sobre el periodo" en una gran discusión, dice Mayo Clinic. Las conversaciones más pequeñas son mejores para ayudar a una niña a sentir que es seguro hacer preguntas que podrían ser embarazosas. El objetivo es convertirse en su fuente de información en lugar de que lo sean sus amigas, quienes podrían proporcionarle información inexacta.

Si no sabes cómo responder a las preguntas de una niña, no pasa nada si se lo dices y le comentas que encontrarán la respuesta juntas, aconsejan los expertos médicos.

Un lugar en donde buscar respuestas: la página web de tu hospital. Por ejemplo, Children's Mercy (childrensmercy.org) y Saint Luke's (saintlukeskc.org) en Kansas City tienen páginas dedicadas a temas de pubertad, al igual que Mayo Clinic.

"En la medida de lo posible, intenta dejar de lado tu ansiedad y abrirte a tu hija. Está ahí para ellas", dijo Lawson.

Las niñas de las clases de McClellan "hacen todo tipo de preguntas". ¿Cuánto dura el ciclo menstrual, cuántos días? Y a veces hay aspectos prácticos que hay que resolver.

"Incluso he tenido niñas que viven en dos casas, con mamá y papá, [que preguntan] cómo pueden manejar su ciclo en dos casas diferentes", dijo McClellan. "Les enseño a tener un kit de higiene en la casa de papá bajo el fregadero, así como en la casa de mamá. Y que guarden esos productos en su casillero [de la escuela] y en su mochila".

Las madres pueden encontrar en el "Ah, por cierto" una forma para iniciar la charla después de un viaje para comprar comida, dijo Lawson. Las hijas encuentran los tampones y toallas femeninas de sus madres en la casa o ven a mamá comprarlos en la tienda.

"Justo ese momento, al ir a comprar comida, podría no ser el momento de tener esa conversación", dijo Lawson.

"Pero, cuando estés desempacando en casa, di: 'Ah, por cierto, estas son las toallas femeninas que usa mamá, porque, cuando estás empezando a crecer, tienes algo de sangre que sale de tu vagina, y esto es como una especie de curita para mamá, para que podamos asegurarnos de estar limpias. No duele. Podemos hablar de esto más tarde, cuando ese momento se acerque para ti'".

EVITAR EL LENGUAJE CURSI

McClellan consulta a los líderes de las tropas de Girl Scouts para adaptar sus charlas a su joven público. Es sincera con las niñas acerca de los mecanismos de la menstruación, y celebra su poder como "reproductoras de vida humana".

Tanto ella como Lawson animan a los padres a usar términos anatómicamente correctos al hablar con las niñas respecto a su cuerpo. Una vagina es una vagina, no un eufemismo cursi.

El bebé de Lawson tiene casi cuatro meses. Cuando lo baña, usa "lenguaje médicamente apropiado" para describir las partes de su cuerpo.

Los expertos médicos afirman que eso puede ayudar a reducir la vergüenza corporal en los niños y hacerlos más seguros, menos propensos a ser explotados cuanto más conozcan su propio cuerpo.

Conocer la terminología correcta también puede ayudarle a una niña a explicarle a su madre y a su médico cuando algo va mal con su periodo, dijo Lawson. Un flujo abundante, flujos irregulares, mucho dolor. Todo eso es algo que una niña debe saber decir.

"La pubertad definitivamente debe normalizarse, porque, cuando la pubertad no va bien, esto es una especie de mi lado médico hablando; cuando la pubertad no va como se espera, tenemos que saber que eso no es algo que debemos ocultarle a otras personas", dijo Lawson. "Eso es una cosa importante que un pediatra o ginecólogo también necesita [saber]".

LOS PAPÁS TAMBIÉN DEBEN HABLAR

Lawson dijo que también es importante que el padre, o cualquier otra figura masculina en la vida de una niña, conozca y se sienta cómodo hablando de la menstruación, "porque la joven se va a ver afectada por su malestar".

Y, en la práctica, "existe la posibilidad de que sea él quien lleve a su hija a las prácticas de natación cuando tenga su primera menstruación".

No sería inapropiado, dijo Lawson, que los hermanos, especialmente si también están pasando por la pubertad, participaran en esas discusiones. También podrían formar parte de las conversaciones acerca de cómo está cambiando su cuerpo.

"Depende de tu hija y de lo que tu familia esté atravesando en ese momento". dijo Lawson. "Pero, por supuesto, quieres saber si tu hija quiere que el hermano lo sepa y cuándo. No debería ser un tema tabú, pero es su cuerpo y puede que no esté preparada para revelar todo a todos los miembros de la familia".

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