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Lifestyle
Sarah Gantz

El COVID arruinó incluso nuestros pies

FILADELFIA— Atrapado en casa y sin trabajo por la pandemia, Timothy Hudson decidió abordar un nuevo proyecto: perder peso y ponerse en forma.

Entre septiembre de 2020 y mayo de 2021, este hombre de 32 años bajó 100 libras cambiando sus hábitos alimenticios, haciendo más ejercicio, jugando al baloncesto con sus amigos y corriendo hasta cinco millas al día.

Hudson, quien vive en Chester, Pennsylvania, dijo que nunca se había sentido mejor—excepto por sus pies.

"Era como una sensación de ardor y de tener un tirón", dijo Hudson. "Cualquier tipo de actividad extenuante hacía que estuviera fuera de combate durante al menos tres días".

El dolor de pies ha aumentado durante la pandemia, ya que las personas que trabajan desde casa se deshicieron de su calzado y empezaron a usar endebles pantuflas y chanclas, mientras que otros, incluido Hudson, aprovecharon el tiempo para ser más activos, lo que supuso una nueva tensión para sus pies.

"En marzo de 2020 dije 'Dios mío, todo el mundo va a tener fascitis plantar y tendinitis aquílea'", recuerda Laura Virtue-Delayo, presidenta de la Asociación Médica de Podología de Pensilvania.

Su predicción se cumplió: los podólogos, los cirujanos ortopédicos y los fisioterapeutas dicen que están viendo más casos de fascitis plantar y tendinitis aquílea—dos afecciones comunes del pie— que nunca antes.

Virtue-Delayo, podóloga de Scranton, afirma que su número de pacientes con dolor de pies alcanzó su punto máximo durante el verano, cuando trató a un 35 por ciento más de personas por dolor de pies de lo habitual. El número de nuevos pacientes con dolor de pies ha disminuido, pero sigue estando por encima de los niveles prepandémicos, dijo.

¿QUÉ CAUSA LA FASCITIS PLANTAR?

La fascitis plantar es una inflamación de la banda gruesa de tejido que conecta el hueso del talón con los dedos del pie, lo que provoca un dolor punzante en el talón. El uso de zapatos sin soporte o el estar descalzo, un aumento drástico de la actividad física, el ejercicio que ejerce mucha presión sobre los talones (como correr o bailar) y la obesidad pueden contribuir a la fascitis plantar.

La tendinitis aquílea se produce cuando el tendón que recorre la parte posterior de la pierna, entre la pantorrilla y el talón, se sobrecarga. Esta lesión es común entre los corredores y los atletas, pero puede afectar a cualquier persona que cambie de forma drástica y repentina su nivel de actividad.

La fascitis plantar y la tendinitis aquílea ya eran las principales causas de dolor de talón y de pie, y el estilo de vida pandémico que muchas personas han adoptado ha hecho que empeore el problema.

Normalmente, quitarse los zapatos al llegar a casa al final del día no es un gran problema. Pero durante la pandemia, muchas personas han pasado toda su jornada laboral en casa. Eso significa que hay mucha más gente que usa pantuflas o chanclas sin soporte para el arco del pie o, peor aún, que camina descalza, dijo Rachel Shakked, cirujana ortopédica especializada en cirugía de pie y tobillo en Rothman Orthopaedic Institute en Filadelfia.

Para muchas personas, la menor actividad física durante la pandemia ha contribuido al aumento de peso y a la rigidez de los músculos, lo que a su vez puede provocar dolor de pies.

"La respuesta obvia es ponerse zapatos", dijo Shakked. "A nadie le gusta llevar zapatos en casa. [Pero] especialmente si tienes suelos de madera o baldosas, caminar y estar de pie sobre superficies duras puede causar esa molestia en el talón".

Los zapatos de apoyo y los cambios en el estilo de vida, como mantener un peso saludable, son las mejores apuestas para mantener a raya el dolor de pies, dijo Richard K. Rettig, jefe de la división de podología en Einstein Healthcare. Los tennis para deporte son siempre una buena opción, pero si insistes en usar pantuflas o sandalias en casa, elije un par con soporte para el arco.

"Si alguien puede cambiar su estilo de vida —perder peso, no ir descalzo, no usar chanclas—, puede ser capaz de vivir sin dolor de pies durante años", dijo Rettig, quien no ha visto un aumento de pacientes con dolor de pies durante la pandemia. Sin embargo, la mayoría de las personas no cambian sus hábitos y vuelven a recibir tratamiento cuando el dolor vuelve a aparecer, dijo.

Otras formas de tratar el dolor de pies son las taloneras que estabilizan el pie, el hielo y las inyecciones de cortisona.

Las personas que no encuentran alivio con estas técnicas puede que necesiten cirugía.

Cuando Zachary Bauermaster, director de una escuela primaria en el Condado Lancaster, empezó a trabajar a distancia en marzo de 2020, la fascitis plantar que le molestaba desde 2019 remitió. En casa, usaba tennis con plantillas ortopédicas en lugar de los zapatos de vestir rígidos y sin apoyo que normalmente usaba para trabajar, y tenía más tiempo para estirarse y hacer ejercicios de bajo impacto.

Pero para cuando su escuela volvió a dar clases en persona ese otoño, el dolor en el talón era peor que nunca. El hecho de estar menos tiempo de pie durante la jornada laboral había permitido que el talón se recuperara, pero también había provocado la rigidez de los músculos de la pantorrilla, según le dijo su médico.

En 2021, el dolor era tan intenso —y no cambiaba con los estiramientos, los masajes y las inyecciones de cortisona— que el médico de Bauermaster le recomendó operarse para librarse de la tensión del talón causada por la fascitis plantar y el síndrome del túnel tarsiano (un nervio del talón pellizcado).

"No podía hacer actividades con mis tres hijos", dice Bauermaster, de 35 años. "Hablaban de hacer ciertas cosas pero luego decían: 'Ah, espera, papá no puede hacer eso. No puede correr'".

Bauermaster se sometió a la operación a mediados de enero y tiene que evitar el peso del pie durante varias semanas, pero espera desarrollar un plan de estiramientos y ejercicios de menor impacto para sus pies que le permita volver a corretear a sus hijos.

DEMASIADA ACTIVIDAD FÍSICA TAMBIÉN PUEDE PROVOCAR DOLOR DE PIES

El número de pacientes con dolor de pies que atiende Shakked aumentó en un 25 por ciento con respecto a antes de la pandemia. Además de que la gente se daña los pies al ir descalza, ha visto un aumento de pacientes con problemas relacionados con un exceso de actividad física. El aumento repentino de la actividad física puede provocar la inflamación de tendones y ligamentos, sobre todo si se lleva un calzado inadecuado.

Otros pacientes han sufrido fracturas por estrés debido a rutinas de caminatas por el vecindario demasiado entusiastas. (También ha tratado al menos a cuatro personas que se fracturaron el tobillo al tropezar con una mascota: estar en casa todo el tiempo crea más oportunidades para que los perros y los gatos se atraviesen en nuestro camino).

Hudson nunca había corrido mucho antes de emprender su viaje para perder peso.

Pero después de ver el número en la báscula, decidió ponerse en movimiento. Hudson trabaja en una escuela como ayudante individual de niños con necesidades especiales, un trabajo que no era necesario cuando su escuela era virtual.

"Me dio tiempo para autorreflexionar: puedo hacer esto, y no tengo otro remedio que estar fuera", dijo. "Si hubiera estado en el trabajo, ¿habría tenido tiempo de atreverme a hacerlo?".

Hudson empezó caminando y luego pasó a correr. Al mismo tiempo, empezó a aceptar trabajos de fotografía por cuenta propia, lo que lo mantenían de pie durante horas.

En el verano de 2021, Hudson añadió el baloncesto con sus amigos a su rutina, y el dolor de pies se agravó lo suficiente como para acudir al médico, el cual le diagnosticó fascitis plantar.

Los estiramientos diarios, una rutina de ejercicios más moderada y el saber que debe dejar de hacerlos cuando siente incluso una punzada de dolor le han ayudado significativamente, dijo.

Hudson ha vuelto al trabajo y está tratando de equilibrar su antigua rutina escolar con su nuevo estilo de vida activa.

"Ha implicado algo de ajustes, levantarse al amanecer para hacer ejercicio", dijo. "Pero es divertido".

Puede que esa no sea la idea que mucha gente tiene de pasar un buen momento, pero, para Hudson, empezar su día con un entrenamiento es un recordatorio de lo que ganó durante la pandemia: un nuevo sentido de orgullo y confianza respecto a que puede hacer cosas que nunca pensó que podría hacer.

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