WASHINGTON — Un fuerte descenso en las pruebas de detección de coronavirus a nivel nacional tiene a la administración de Biden preocupada de que la propagación del COVID-19 pueda ser peor en algunas áreas de lo que parece.
A medida que la población de estadounidenses vacunados ha crecido, la aplicación de pruebas de detección de COVID-19 ha disminuido. A los expertos les preocupa que la reducción de las pruebas pueda estar ocultando focos de infección que, si no se controlan, pudieran dar lugar a una mayor propagación del coronavirus.
"Una de mis preocupaciones es que no estamos haciendo suficientes pruebas en las áreas donde las tasas de vacunación son bajas", dijo el director general de Salud Pública Vivek Murthy a McClatchy. "Así que quizá tengamos un mayor número de casos de los que realmente estamos viendo registrados. Y por eso tenemos que hacer pruebas más agresivas para saber dónde está la infección".
Las autoridades de salud sostienen que las vacunas son la mejor línea de defensa contra el virus. Pero con el aumento de las infecciones en algunas partes del país, los profesionales médicos también están haciendo hincapié en la necesidad continua de realizar pruebas de COVID-19.
Con el cierre de los centros de pruebas masivas establecidos a principios de la pandemia, los expertos dicen que los funcionarios estatales y federales deben pensar de forma creativa en formas de facilitar que las personas se hagan las pruebas por sí mismas.
Están especialmente preocupados por los individuos no vacunados que tienen la enfermedad pero que no muestran síntomas de la misma y que, sin saberlo, la contagian a otros. Las personas vacunadas, que tienen menos probabilidades de contraer COVID-19, tampoco se someten a las pruebas lo suficiente, dicen.
"El hecho de vacunarse tiene la ventaja de que no hay que hacer las pruebas con tanta frecuencia. Creo que el reto es que no significa no hacerse nunca las pruebas. Y mucha gente lo ha llevado al extremo y no se somete a ninguna prueba", dijo Mara Aspinall, profesora de la Arizona State University y asesora de la Rockefeller Foundation.
La distribución de pruebas de detección caseras , que algunos estados ya han optado por ofrecer a sus residentes sin costo alguno, pudiera ayudar, dicen expertos.
"Los grandes centros de pruebas están bien, pero creo que si se ofrecen pruebas caseras a las personas que están en zonas de brotes, creo que sería un beneficio importante. No es igual a la vacunación, pero sabes que es un componente significativo", dijo Brett Giroir, quien fue el zar de las pruebas de detección de la administración de Trump.
El director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Francis Collins, también apuntó a las pruebas de detección de venta libre como una herramienta útil para ayudar a diagnosticar los casos de coronavirus en los no vacunados.
"Es una de las armas que tenemos en esta guerra contra este virus para tratar de evitar que empeore", dijo en una entrevista con McClatchy.
El gobierno de Estados Unidos ha experimentado con la autoaplicación de pruebas de detección como una forma de reducir la propagación del COVID-19, incluyendo un programa que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) pusieron en marcha con los NIH en marzo y que proporcionó a los vecinos de dos condados, uno en Carolina del Norte y otro en Tennessee, acceso gratuito a pruebas rápidas de antígenos durante un mes.
Aunque el gobierno suele tener menos visibilidad sobre los resultados de las pruebas caseras, y en gran medida recae en los individuos con resultados positivos la responsabilidad de tomar la decisión de hacer cuarentena, los expertos en salud dicen que son importantes para prevenir la propagación del COVID-19.
"Creo que es una muy buena inversión ... poner las pruebas en manos de la gente, para que no haya impedimentos a la hora de obtener esa información", dijo Aspinall.
Un portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) destacó en un comunicado la importancia de las vacunas y las pruebas de detección para los no vacunados. "Por ello, la Administración ha invertido en ampliar el acceso a las pruebas y ha adoptado medidas políticas para facilitar el acceso a las mismas, incluso a través de las pruebas en casa".
DECLINACIÓN DE LAS PRUEBAS
Las pruebas de detección en todo el país declinaron drásticamente en junio, con un descenso del 29.4 por ciento respecto al mes anterior, según los datos recopilados por el Centro de Coordinación de Pruebas de COVID de Deloitte, que realiza un seguimiento de las pruebas de PCR y que fueron facilitados a McClatchy por la Rockefeller Foundation. Los datos de la empresa y los informes de los CDC mostraron que las pruebas siguieron disminuyendo en todo el país en julio, aunque recientemente han aumentado en algunos estados.
Los casos de coronavirus están aumentando en algunas partes del país, a pesar de la amplia disponibilidad de las vacunas contra el COVID-19. Según los últimos datos federales, Arkansas, Florida y Missouri tienen la mayor tasa de infecciones por COVID-19 a nivel nacional como porcentaje de la población.
Al menos una docena de estados están descubriendo que las pruebas dan un resultado positivo en el 10 por ciento de las ocasiones o más, según muestran los datos estatales y federales, lo que los sitúa en un rango que, según expertos médicos, es preocupante.
El ex director general de Salud Pública Jerome Adams, quien fungió como tal en la administración de Trump, dijo que se necesitan urgentemente más pruebas para averiguar si el número de individuos positivos es realmente mayor.
Adams dijo que los exámenes podrían llevarse a cabo en los consultorios médicos, hospitales, clínicas comunitarias y de salud, además de las escuelas.
"No se puede esperar a que la gente prevenga por sí misma, tiene que ser, oye, vamos a hacer la prueba a una de cada mil personas que pasen por esta puerta, o que entren en esta institución", dijo, "y eso nos dará una buena idea de qué porcentaje de ellos está dando positivo en la prueba de COVID y qué porcentaje de los que dan positivo son portadores de qué variante".
Varias empresas están produciendo ahora pruebas de autoaplicación aprobadas por la FDA que pueden adquirirse comercialmente por unos 20 dólares por un paquete de dos pruebas y que pueden producir resultados en cuestión de minutos.
Algunos estados también están proporcionando pruebas caseras a sus residentes de forma gratuita.
El Departamento de Salud de Iowa anunció este mes sus planes de cerrar sus centros de pruebas desde el auto en favor del acceso gratuito de los residentes del estado a las pruebas autoadministradas. Los residentes de Iowa pueden recoger una prueba de detección en un lugar autorizado o pedir que se les envíe una, enviar la prueba a través de UPS y recibir sus resultados por correo electrónico.
Los residentes de Missouri también pueden pedir que se les envíen las pruebas de forma gratuita. Esas pruebas deben enviarse a través de un sitio de FedEx, y el Estado promete los resultados en dos días por correo electrónico.
Los departamentos de salud pública de los condados, los Federally Qualified Health Centers y las escuelas también pudieran desempeñar un papel fundamental en la dispensación de pruebas autoadministradas a las familias que no pueden permitirse comprar las pruebas, dijeron los expertos.
Giroir dijo que el gobierno de Biden debería "inundar la zona con pruebas caseras" en las áreas donde los casos de COVID-19 están aumentando y repartir las pruebas de detección mientras se anima a la gente a vacunarse.
"Si van de puerta en puerta por la vacunación, deberían repartir pruebas de detección en todos los lugares a los que van", comentó Giroir.